¿Cuáles son los síntomas del comprador compulsivo?
Salir de compras se ha convertido en una forma de ocio en mundo consumista actual. Pero esta práctica puede convertirse en un grave problema cuando se hace de manera compulsiva, es decir, se convierte en un hábito sobre el que no se tiene ningún tipo de control.
Donde casi todo el mundo ve una oportunidad de satisfacer un puntual deseo consumista o adquirir un producto que considera importante, el comprador compulsivo cubre otro tipo de necesidades más vinculadas a su consideración personal y social.
No se trata de “ir de tiendas”. Salir de compras es una actividad de ocio completamente asentada en nuestra sociedad, el problema deriva cuando, al igual que en otras patologías, el funcionamiento normal de la persona se ve afectado por esta compulsión, adquiriendo productos innecesarios sin parar y cuando no se tienen los suficientes recursos económicos. Vamos a desarrollar algunos puntos que nos ayuden a identificar estos casos.
- Actitud ansiosa ante la compra. Ante la perspectiva de la compra, el comprador compulsivo experimenta momentos de ansiedad previos debido a las imperiosas ganas de poseer el producto, que sólo se ven calmadas cuando se efectúa la compra. Con posterioridad al momento de excitación, al ver cumplido su deseo, sobreviene una fase de arrepentimiento por haber sucumbido a las apetencias y comienza de nuevo el ciclo de ansiedad propio de esta patología.
- Seguimiento obsesivo de tendencias de moda. Como hemos comentado, ir de compras es una forma de ocio plenamente asentada en nuestra sociedad, como también lo es estar al tanto de las tendencias de moda de cualquier ámbito, ya sea textil, tecnológico o cualquier otro. Esto, que de por sí no constituye un problema, puede convertirse en uno cuando toda la vida de la persona gira en torno a las novedades de sus marcas favoritas y siente frustración cuando no puede poseerlas.
- Compras desordenadas y no programadas. La impulsividad en la compra convierte al comprador compulsivo en un comprador desorganizado. Al no planear sus adquisiciones, no lleva un control sobra ellas y no aplica ninguna lógica a su comportamiento consumista: no sabe lo que compra, no sabe dónde lo guarda y no recuerda si lo hizo, ya que no otorga valor al producto en sí, sólo busca la satisfacción pasajera del momento de la transacción.
- Comprador social. La búsqueda de la aceptación social a través de lo que se ha comprado puede ser síntoma del comportamiento de un comprador compulsivo. Por lo general se manifiesta en una obsesión por adquirir inmediatamente lo que compran los demás y comunicárselo a todos.
- El arrepentimiento tras la compra. La última fase del ciclo del comprador compulsivo es el arrepentimiento tras la compra. Al igual que en otras patologías, tras cubrir la necesidad superficial y abandonar la euforia momentánea, aparece el arrepentimiento por haber sucumbido a la pulsión. Esta sensación sólo se alivia comprando de nuevo y comenzado el ciclo.
El comprador compulsivo sólo encuentra satisfacción al realizar las compras y busca esta forma de sentirse mejor cuando tiene problemas en otros aspectos de su vida, ya sea un desengaño amoroso, un bache laboral o un problema de salud. Debido a que la vida está repleta de avatares, se verá abocado a afrontar problemas económicos derivados del descontrol de su economía.
Para tratar esta adicción a las compras, recomendamos acudir a un profesional de la piscología que elabore una terapia personalizada que permita al paciente afrontar con las herramientas que le proporcione su terapeuta, su patología. Al tratarse de una afección médica que afecta a todas las áreas de la vida del paciente, en absoluto es recomendable solicitar productos crediticios que le permita acceder a préstamos inmediatos con el que pagar los artículos adquiridos.
